La mayoría de los niños que padecen del TDAH continúan teniendo síntomas a
medida que entran en la adolescencia. A algunos, sin embargo, no se les
diagnostica el TDAH hasta que llegan a la adolescencia. Esto es más común en
niños con los síntomas del tipo predominantemente inatento, dado que no
necesariamente presentan problemas de disciplina en el hogar o en la escuela.
En estos niños, el trastorno se vuelve más notorio a medida que se incrementan
las demandas académicas y se acumulan las responsabilidades. Para todos los
adolescentes, esta etapa es un reto. Pero para los adolescentes que padecen del
TDAH, estos años pueden ser especialmente difíciles.
Aunque la hiperactividad tiende a disminuir a medida que el niño crece, los
adolescentes que siguen siendo hiperactivos pueden ser inquietos e intentar
hacer demasiadas cosas al mismo tiempo. Pueden elegir tareas o actividades que
ofrecen beneficios inmediatos, en lugar de los que demandan más esfuerzo pero
ofrecen mayores recompensas a largo plazo. Los adolescentes padecen
principalmente déficits de atención tienen problemas con la escuela y otras
actividades en las que se espera que sean más independientes.
Los adolescentes también se vuelven más responsables acerca de las
decisiones que toman sobre su propia salud. Para un niño con el TDAH, es más
probable que los padres sean los responsables en asegurar que el niño siga con
el tratamiento. Pero cuando el niño llega a la adolescencia, los padres tienen
menos control, y quienes padecen del TDAH pueden tener dificultades para seguir
el tratamiento.
A los adolescentes con el TDAH se les debe dar normas claras y fáciles de
entender y de esa manera ayudarlos a mantenerse saludables y brindarles la
estructura que necesitan. Para ayudarlos a mantenerse enfocados y organizados,
se puede confeccionar una lista de tareas del hogar y responsabilidades con sus
respectivos espacios para que marquen las tareas completadas.
Los adolescentes con o sin el TDAH desean ser independientes y probar cosas
nuevas y a veces, van a romper las reglas. Si su hijo adolescente rompe las
reglas, su respuesta deberá ser lo más calmada y natural posible. El castigo
debe ser utilizado sólo en raras ocasiones. Los adolescentes con el TDAH
frecuentemente tienen problemas para controlar su impulsividad y pueden
presentar fuertes ataques de ira. A veces, un breve "tiempo fuera"
puede calmarlos.
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