Los niños que padecen del TDAH necesitan guía y comprensión por parte de
sus padres y maestros para alcanzar todo su potencial y tener éxito en la
escuela. Antes de que se diagnostique el trastorno, frustración, culpa e ira
puede haberse acumulado en la familia. Tanto los niños como los padres puede
que necesiten ayuda especial para superar esos sentimientos adversos. Los
profesionales de la salud mental pueden educar a los padres acerca del TDAH y
de qué manera afecta a una familia. También ayudarán al niño y sus padres a
desarrollar nuevas habilidades, actitudes y formas de relacionarse entre sí.
La capacitación para el desarrollo de habilidades de crianza de los hijos
ayuda a los padres a aprender a usar un sistema de recompensas y consecuencias
para cambiar la conducta del niño. Se les enseña a los padres que brinden
comentarios positivos inmediatos para conductas que deseen alentar e ignorar o
reorientar conductas que deseen desalentar. En algunos casos, se pueden usar el
" tiempo fuera " cuando la conducta del niño se descontrola. En un
"tiempo fuera ", el niño es retirado de la situación que desencadena
la ira y se lo sienta solo por un breve periodo de tiempo para que se calme.
También se les anima a los padres a compartir una actividad placentera o
relajante con el niño, a fin de observar y señalar lo que el niño hace bien y
elogiar las fortalezas y habilidades del niño. Pueden también aprender a
estructurar situaciones de maneras más positivas. Por ejemplo, pueden
restringir la cantidad de compañeros de juego a uno o dos, de manera que el
niño no se sobre estimule. O bien, si el niño tiene dificultades para completar
tareas, los padres pueden ayudarlo a dividir las tareas grandes en pasos más
pequeños y más manejables. Además, los padres pueden utilizar técnicas para
aprender a controlar el estrés y mejorar su habilidad para afrontar las
frustraciones, de manera que puedan responder con calma ante la conducta de su
hijo.
A veces, toda la familia puede necesitar terapia. Los terapistas pueden
ayudar a los miembros de la familia a encontrar mejores formas de controlar las
conductas perjudiciales y fomentar cambios conductuales. Finalmente, los grupos
de apoyo ayudan a los padres y familias a conectarse con otras familias que
padecen problemas y preocupaciones similares. Los grupos se reúnen regularmente
para compartir frustraciones y logros, intercambiar información sobre
especialistas y estrategias recomendadas y hablar con expertos.
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